Bien, ya ha terminado las
navidades y no he podido hacer algunas reflexiones sobre varias de
nuestras costumbres navideñas por falta de tiempo, pero no puedo
resistirme a, al menos, hacer una sobre los Reyes Magos y es que
muchas de las cosas que durante todo el año les decimos a nuestros
hijos que no hagan se las permitimos con los susodichos.
NO HABLES CON EXTRAÑOS;
norma que nos saltamos a la torera poniendo a nuestros hijos en el
regazo del primer desconocido que vemos disfrazado de Rey Mago en
cualquier centro comercial, no si antes animarlos a que le cuenten si
han sido malos o buenos y cuales son los regalos que quieren, algo
así como venga hijo siéntate en el regazo de ese desconocido y
ábrele tu corazón.
NO COJAS COSAS DEL SUELO;
esto es ya para mear y no dejar ni gota, todo el año riñendo a
nuestros hijos por agacharse a coger cosas del suelo para ahora
ponernos como locos a coger caramelos, si lo repito CARAMELOS del
suelo, es decir, algo que es para llevarnos a la boca lo cogemos del
suelo “No pero es que como tiene el envoltorio...”, ya, tiene el
envoltorio un envoltorio que ha estado en el suelo y que tocaremos
con las manos que no nos vamos a lavar y con las que vamos a abrir el
dichoso caramelo, un caramelo que por cierto suelo ser de publicidad
y que su calidad deja mucho que desear. Pero en este caso no solo es
que no le riñamos, es que le conminamos a hacerlo. Y reza para que
el Rey no tire una pelota de plástico que vale menos de un euro
cerca de ti, porque en ese caso puedes morir por aplastamiento o
asistir a una pelea entre dos padres.
NO DEJES ENTRAR NUNCA A
NADIE A CASA; lo último es esto “tranquilo hijo esta noche tres
tíos con barba van a entrar en nuestra casa mientras dormimos, pero
no te preocupes que en vez de llamar a la policía les vamos a poner
leche y galletas...”, bien , bien.
Por cierto, ver la cara
de mis niños durante la cabalgata compensan todo lo anterior.