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martes, 7 de octubre de 2014

El amor

En mi caso el amor es un acto cotidiano. Me levanto junto a la persona que amo cada día, y sabiendo que en la habitación de al lado están durmiendo los frutos de ese amor.

Hace ya más de 10 años, al comienzo de nuestra relación, le estaba intentando explicar a la que entonces era mi novia, la relación de los actos cotidianos con el amor. Todo iba por alguna película que habíamos visto, y yo le comentaba que jamás esperara de mí esos actos de amor de película, que suelen ser demostraciones de alta intensidad pero de corta duración, para mí esas demostraciones explosivas de amor no llevaban  a ningún lado, que yo prefería una demostración de amor menos intensa y más duradera, es decir, no me invites a una cena supercara en París y a los dos días no sepas gestionar un conflicto de pareja. Prefiero que cenes junto a mí todas las noches queriéndome, hablando de nuestro día o simplemente tumbados en el sofá, sin altibajos, sabiendo sobrellevar la cotidianeidad del día a día, sabiendo escucharnos, en definitiva...le dije que no esperara de mí cenas caras super románticas como demostración de amor (o partiéndome la cara con alguien porque no se qué), sino un amor duradero y creciente demostrable en el día a día y en los pequeños detalles. 

Todo este rollo es porque ayer mientras fregaba los platos hice algo por inercia, luego mientras seguía con los platos me dió por analizar lo que acababa de hacer y se me dibujó una sonrisa: joder, casi 11 años y seguía enamorado de mi mujer. Eso sí,  a mi manera, a base de pequeños actos cotidianos.

Como le dije una vez: "Mi amor es la integral de los pequeños diferenciales de amor de nuestra vida. No busques gestos de mi amor en los grandes actos, sino en los pequeños y desapercibidos actos del día a día. Suma cada pequeño gesto, cada pequeño detalle de cada momento, de cada día, de cada mes, de cada década..."